¿Qué dice la variabilidad de la frecuencia cardíaca sobre su salud?

Una presión arterial elevada se traduce en una serie de consecuencias adversas. Si comprendemos mejor las complejidades de esta condición médica, podemos ayudar a mitigar algunos de los efectos no deseados. La variabilidad de la frecuencia cardíaca es uno de los aspectos que merece la pena explorar a este respecto.

Interacción en el sistema nervioso humano

Las funciones motoras de nuestro cuerpo pueden realizarse como respuesta voluntaria o involuntaria. Cuando la respuesta al estímulo se realiza de forma consciente, está supervisada por el llamado sistema nervioso somático. El sistema nervioso autónomo, en cambio, es responsable de los procesos relacionados con las respuestas incontrolables, como la adaptación cardiovascular al ejercicio, la regulación de la temperatura corporal o la respiración.

El sistema nervioso autónomo se subdivide en dos componentes con funciones contradictorias. El sistema nervioso simpático se activa ante la amenaza o el estrés. Los intervalos de tiempo entre los sucesivos latidos del corazón se acortan entonces, se bombea más sangre por unidad de tiempo y la presión arterial se dispara. Una vez que la situación estresante desaparece, el sistema nervioso parasimpático se activa para restablecer el equilibrio alterado e inducir el estado de relajación.

Variabilidad de la frecuencia cardíaca (VFC)

Los sistemas nerviosos simpático y parasimpático funcionan de forma cuidadosamente armonizada. El estado de "lucha o huida", que consume energía y está gobernado por el sistema nervioso simpático, debería ir seguido de forma natural por un cambio hacia la respuesta parasimpática de "descanso y asimilación". Sin embargo, una desviación prolongada del equilibrio puede suponer una amenaza para la salud humana.

Para controlar el equilibrio entre los dos estados extremos de la actividad nerviosa autónoma, se desarrolló la noción de variabilidad de la frecuencia cardíaca. La VFC es una medida de los cambios en la duración de los intervalos de tiempo entre los sucesivos latidos del corazón.

La variación de los intervalos entre latidos arroja información sobre cómo el sistema nervioso autónomo modula la actividad del músculo cardíaco. Es un indicador válido y no invasivo de la salud general del paciente.

La falta de equilibrio entre los sistemas nerviosos simpático y parasimpático, a menudo causada por el estrés o la ansiedad, suele reflejarse en una VFC baja. El vínculo entre la disminución de la VFC y ciertos tipos de patologías cardiovasculares o autonómicas es tan fuerte, que la VFC puede servir como herramienta de diagnóstico para evaluar el pronóstico de pacientes con muchas afecciones cardiovasculares crónicas.

VFC en la hipertensión

La disminución de la VFC es habitual en pacientes con presión arterial elevada. Sin embargo, lo que mucha gente no sabe es que es posible influir de algún modo en su nivel de VFC con el uso de ciertas prácticas conscientes, como la meditación [1], el entrenamiento contemplativo [2] o los ejercicios de respiración [3]. Como consecuencia, se debería observar un aumento del nivel de aptitud, de la adaptación al estrés y de la estabilidad emocional posiblemente alterada por la hipertensión.

Los diseñadores de relojes inteligentes suelen emplear esta relación. En ocasiones, los relojes electrónicos piden a sus usuarios que reduzcan la velocidad y respiren tranquilamente durante un minuto. Aunque este método no cura la hipertensión per se, puede mejorar en gran medida la calidad de vida cotidiana de los pacientes con presión arterial elevada [4].

Los ejercicios de respiración lenta repetidos periódicamente a lo largo del día actúan como desencadenantes que activan el sistema nervioso parasimpático de forma similar a como funciona por sí mismo. Si se repite a diario, este tipo de entrenamiento para equilibrar la VFC distorsionada puede ayudar a disminuir la presión arterial y a llevar una vida mejor con la hipertensión.

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Referencias:

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